Ser un niño, estar sentado frente a una hoja en blanco.
Estar en el presente: no hay nada más por hacer o pensar que hacer aquel dibujo. Todo a decirse en una raya, una bola o un palo que viene siendo algo así como el universo.
El trazo hecho viene con la certeza de ser EL trazo: No hay nada que arreglar.
“Mi bola y mi palo son tan lindos y bien hechos que deben estar pegados en la puerta de la nevera o en la pared del cuarto de papá y mamá”
Todo dicho con mamarrachos de colores fuera de línea y con cabezas grandes y brazos demasiado largos…
Todo está completo: Arcilla, colores y palitos de helado son suficientes para la faena…
El vivirlo todo en la cabeza, en los cuentos y en los dibujos…
Cuanto quisiera a veces volver a ser niña para estar recreada, junto a una planta tan alta que llegaba casi hasta el techo, en ciudadelas de plastilina o animales de arcilla, untada hasta el pelo, pero llena hasta el alma...
No hay comentarios:
Publicar un comentario